"[...] He oído la campana de la nieve, he visto el hongo de la pureza, he creado el olvido.
[...]
Hubo un tiempo en que mis únicas pasiones eran la pobreza y la lluvia.
Ahora siento la pureza de los límites y mi pasión no existiría si dijese su nombre.
[...] Dame la mano para entrar en la nieve.
Antonio Gamoneda, Libro del frío.